martes, 15 de marzo de 2011

Tecnografía

martes, 8 de marzo de 2011

¿Qué le está haciendo Internet a tu cerebro?

Popularmente es conocido que la World Wide Web, www, o simplemente "Internet" fue desarrollada con fines militares.  Posteriormente, nace la idea de compartir esta red con millones de usuarios al rededor del mundo, de tal manera que esta gran telaraña se convirtiera con los años, en la gran biblioteca universal.   Hasta ahí todo marchó perfecto, hasta que la falta de censura en los contenidos publicados en esta red comenzó a originar verdaderos antivalores en nuestra sociedad.
No podemos decir que Internet "per se" es negativa.  El problema está en nuestra falta de criterio al utilizarla y al permitirnos creer que efectivamente es una biblioteca que posee información veraz, cuando en realidad "no todo lo que brilla es oro", no todo lo que está en internet es verdadero.
Si bien es cierto, Internet brinda a los usuarios la información con sólo un par de clics y ha ayudado que millones de personas, que antaño no tenían acceso a los libros, puedan hoy leer online los estrenos de los últimos best sellers o conocer en sólo segundos el acontecer mundial y nacional; no deja de ser cierto que mientras más utilizamos la web, mayor es nuestra adicción a ella... Permitimos que consuma en un par de pestañeos todo nuestro tiempo, permitimos que de forma silenciosa, las grandes empresas de la Web vayan conociendo nuestros gustos e intereses y nos bombareen sin siquiera notarlo, de comerciales y banners publicitarios que de cierto modo nos incitan a adquirir tal o cual producto.   A su vez, las redes sociales que encontramos en Internet (facebook, twitter, messenger, chats, etc) están de forma inconsciente haciéndonos perder nuestro lado reflexivo, nuestra intimidad, motivandonos a publicar cualquier cosa, con tal de obtener mayor número de comentarios y seguidores que nuestros pares.
En cuanto a los blog, gran parte de ellos tratan de mantener viva la capacidad de asombro e indagación que está en nuestra naturaleza humana, pero lamentablemente nos hemos acostumbrado a "Cliquear" con rapidez y mirar tantas y tantas páginas de forma superficial que, aunque buena sea la información en un blog, no logramos leer con atención más de 4 párrafos.  Por cierto, una de las recomendaciones que google entrega al crear un blog es no publicar más de tres párrafos para evitar que el usuario cambie de página...
... "¿Para qué saber cuando se puede encontrar?" leí en el artículo.  Y en un abrir y cerrar de ojos quedo estupefacta al escuchar de mis labios en un acto de absoluta inercia e impulsividad la respuesta que mi YO- INTERNO no deseaba escuchar: "Tienes toda la razón".   Luego de ello, me he detenido a pensar: ¿De qué nos sirve tanta información si la utilizamos para "salir del paso" ante una interrogante y luego la olvidamos?   Debo reconocer que he leído el texto con estupor... ¿Realmente internet nos está volviendo unos "Ciberidiotas"? 
Estoy absolutamente de acuerdo con Nicholas Carr cuando reflexiona respecto al tiempo que pasamos sumergidos en el ciber espacio y el daño que esta "mala práctica" ejerce sobre nuestras mentes.  Me considero miembro activo en la era de la informática y estoy siempre atenta a las nuevas tecnologías.  Siento que las Tic's utilizadas correctamente pueden ser de gran ayuda para nosotros los docentes, si sabemos utilizarla adecuadamente; pero tristemente debo reconocer que abusamos de tal manera de las nuevas tecnologías, que si el "Data Show" nos falla en medio de la clase, terminamos fracasando en nuestro intento de enseñar.  Si la fotocopiadora debe ser enviada a mantenimiento por tres días, nuestros estudiantes se quedan sin contenidos, sin ejercicios, sin aprendizaje...  Si nos preguntan el año de inicio de la revolución francesa tomamos el computador y preguntamos a "San Google" quedando además como incompetentes ante los ojos de nuestros educandos.
Hacen eco en mi mente las frases de Sócrates con la aparición de la escritura, citas que aparecen en el artículo: "..dejaran de utilizar su memoria y se hicieran olvidadizas", "recibir una cantidad de información sin instrucción adecuada", "... muy conocedores cuando la mayoría es bien ingnorante". 
¿Será que repentinamente sufrimos de analfabetismo cultural, funcional, digital?  Hace un par de días atrás, recuerdo haber encontrado una página en la cual entregaban información valiosísima respecto a cómo promover la lectura en nuestros estudiantes y las consecuencias de la falta de hábito lector en nuestros pequeños.  Si me preguntan ahora "¿Qué aprendiste?" debo decir con mucha vergüenza que no recuerdo ni la octava parte de lo que leí y... tristemente, debo añadir que he perdido el "link" que me llevó a tan interesante artículo.
Quizás sea el momento de hacer un balance de los "pro" y los "contra" de la internet en nuestras vidas...  Yo he hecho el mío y, a modo de confesión, debo decir que he decidido reducir mi tiempo "Online" y limitarlo a revisar la bandeja de entrada de mi correo y mi blog.  Quizás es hora de retomar mis lecturas de velador que por cierto, llevan ahí más de 2 meses.  He sido una ingrata con mis libros, compañeros de tantas noches, consejeros en tantos aspectos.   Aquí vuelvo a recordar a Nicholas Carr, quien manifiesta que teniendo un magister en literatura, hoy no logra mantener su concentración por más de tres páginas y no ha logrado leer nuevamente "La guerra y la paz"... Si bien no tengo un magister en literatura y con seguridad no he leído tantos libros como él,  he tenido quizás un poco más de suerte: logro mantener mi concentración al menos durante 2 capítulos...  Por tanto, aún no he tocado fondo. 
Es tiempo de volver a leer, de volver a pensar, a soñar, a crear.  Este es el momento perfecto de decir "Hasta aquí dejo los momentos de ocio eternos en la Web", bienvenidas sean nuevamente las conversaciones, los escritos con papel y lápiz, las lecturas y análisis interminables de frases, párrafos, capítulos... Es tiempo de volver a contemplar la grandeza de lo simple, de dejar la hiperactividad y la ansiedad de tomar decisiones impulsivas imitando un tonto clic.  Desde hoy observaré con ojo critico la Internet y sus movimientos y sin duda descubriré una vez más que:
¡Internet hace lo que quiere con nosotros!
 (Pero desde ahora, hace lo que quiere con todos menos conmigo... Internet: ¡Cambio y fuera!)